Cuando la oí por primera vez me quedé totalmente sorprendida. T. Harv. Eker me contó esta historia por primera vez.
¿Sabes que, si plantas una semilla de bambú japonés y la riegas con amor y tesón puedes llegar a desesperarte ya que no verás nada sobresalir de la tierra?
El bambú japonés tarda 7 años en salir de la tierra, sí, siete años.
Si una persona no sabe esto, dejará de regar la semilla y esta planta morirá, pero si se riega con amor, brotará a los siete años y en seis semanas crecerá 30 metros… ¿Qué, 30 metros? Sí, eso he dicho.
Si hacemos cálculos podemos decir que cada semana crece 5 metros y también podemos decir que cada día crece setenta y un centímetros. Casi un metro al día, guauuu!!!
Los japones dicen que, si tienes paciencia y te quedas mirando el bambú puedes verlo crecer. Es algo impresionante!!
Pero, ¿qué demonios hace este bambú durante tantos años sin salir a la superficie?
Lo que hace es simplemente crecer hacia abajo, sus raices se hacen largas y fuertes para poder sostener el peso de 30 metros de bambú una vez que sale al exterior.
Es algo impresionante que debemos aplicar a nuestra vida.
Las personas que invierten años de su vida en cultivarse, estudiar, progresar personalmente y espiritualmente y no ven resultados “visibles” como prosperidad o una relación amorosa deben saber que lo que están haciendo es formar esas gruesas y fuertes raices y que, en cualquier momento, todo ese esfuerzo dara su resultado en forma de frutos, un resultado inmenso y muy satisfactorio. TODO LLEGA.
Sin embargo, para aquellas personas que miran su vida y no les gusta sus relaciones sociales, su economía o sus relaciones personales deben mirar sus raices, deben mirar si se han cultivado de manera correcta para obtener algo mejor. Tal vez empezaron a cuidar esas raices y las dejaron morir o simplemente, ni se preocuparon de ello.
Si no nos gustan nuestros resultados debemos fijarnos en nuestras raices, y si las estamos cultivando de manera correcta sin desfallecer, debemos tener fe y confiar en que veremos pronto los frutos.
Autora: Nieves Marqués